Wednesday 17 September 2008

Nosotras parimos, nosotras decidimos


Últimamente estamos yendo a exposiciones excelentes. Si el sábado empezamos la Noche en blanco con "Tesoros sumergidos de Egipto" en el Matadero de Legazpi, esta tarde hemos ido a "Bodies: the Exhibition" en el teatro Carlos III de la calle Goya. Gracias a una información de Omar, y después de consultar la página de promociones de la exposición, conseguimos 3,50€ de descuento sobre nuestros precios respectivos presentando la tarjeta de la Fnac. Existen otras formas de conseguir descuentos, incluyendo códigos promocionales que han aparecido en Telemadrid y en la Cadena Cope o con los tickets de Madrid Visión. Si alguien tiene intención de ir a la exposición, que es muy recomendable por lo instructiva y entretenida que es, le sugeriría que consultase esa página para comprobar si se puede beneficiar de algún descuento.

Una de las muestras que más me impresionaron de la exposición fue la piel completa de la parte frontal de un hombre, incluidas las palmas de las manos (que debió de ser lo más complicado de obtener a juzgar por lo sangradas que se encontraban, y no me extraña que haya sido así), la cabeza, e incluso, más abajo, el escroto y la piel del pene. Faltaban únicamente el ombligo, las cejas, los párpados y los labios. Era como un disfraz macabro que me hizo pensar en Leatherface de la Matanza de Texas. A su lado, se encontraba el primer hombre desollado de cuerpo entero de la exposición. Conservaba las cejas, los párpados, los labios, el ombligo y el ano, y resultó difícil no pensar que a él pertenecía la piel de al lado. Probablemente no, pero así nos pareció en ese momento y así sigo imaginándolo ahora. Mirándolo a la cara de frente, me sorprendió su aspecto nada perturbador; al contrario, casi lo calificaría de amable y atractivo. El objetivo del espécimen era mostrar la diferentes capas de músculos después de que hubiésemos visto ya el esqueleto completo en la sala anterior. En las salas sucesivas se tratarían los sistemas nervioso, respiratorio (con especímenes con pulmones en estado deplorable a consecuencia del tabaco y la contaminación), circulatorio, digestivo y reproductor, siempre de una manera amena y, obviamente, muy visual, que puede que no ayude a recordar términos como el "movimiento peristátilco" de las paredes del esófago, pero sí deja muy claro el funcionamiento de los órganos más importantes.

La exposición se cerraba con una sucesión de frascos con fetos en distintas etapas de gestación expuesta en un ancho pasillo oscuro tras una nota de advertencia y al lado de una salida alternativa. Nos sorprendió a Tania y a mí el fuerte desarrollo que experimenta el feto entre la octava y la novena semanas. En la octava es un moco blanco que podría pasar por renacuajo albino mientras que en la novena se convierte en un hombrecito en miniatura. Y se hizo inevitable pensar en el aborto y en hasta qué semana se debería poder abortar, y en la chica que llamó a Territorio Comanche el día anterior para contar que varios médicos le habían confundido un embarazo con una gastritis, primero, y luego con piedras en el estómago, y que no fue hasta el quinto mes que se enteró de que en realidad estaba embarazada. Habrá dañado el hígado y al bebé con tanta pastilla. En la décima semana, el feto ya abre la boca y chupa el dedo, y en la vigésima octava, es como un muñeco con los ojos cerrados y la nariz poco definida, y con arrugas en la zona de las clavículas, mientras que en la trigésima segunda la barriga se le hincha y la piel se le vuelve más tersa en la zona del pecho y hombros a cambio de aparecerle pronunciadas arrugas en la cara, que le desaparecerán al poco de nacer (esto lo digo por experiencia personal).

A la vista de todo esto, parece que lo mejor sería no abortar después del segundo mes de gestación, independientemente de que Tania estuviese dispuesta a hacerlo con tal de no llevar un monstruo así en su interior. Yo casi me animaría más a denominarlo "monstruo" en los dos primeros meses, aunque de reducidas dimensiones, porque es más como una larva que cualquier otra cosa, pero puedo entender que no quiera llevar un ser extraño con vida propia en su interior, que se mueve, crece y se alimenta de lo que ella come.

Monday 15 September 2008

Adiós a la Expo


Esto es lo que queda ahora: un peluche de Fluvi colgado en su bolsa a la entrada de mi casa hasta que venga Chris a recogerlo (y los pasaportes con sellos de los países... y las fotos). Nuestro mundo de fantasía ha dejado de ser real. Cuando volvamos, veremos los edificios representativos, que seguirán estando en donde los dejamos, quizá la Torre del Agua un poco más alta, pero en una zona que ya no será la Expo, sino un centro empresarial y de ocio.

Estampas de la Noche

Puerta de San Vicente e instalación de Giancarlo Neri, Massimo silenzio, entre el puente del Rey y el de Segovia:








Sunday 14 September 2008

Café con helado de turrón

Estaba con Natalie, Lussy y Tania en un Pans & Company (un favorito de Alastair) de Gran Vía a primeras horas de la madrugada de la Noche en Blanco de Madrid 2008 cuando un chispazo de inspiración tras la mención de una de ellas del "café de Starbucks" (echo de menos el Caffè Nero) iluminó mi mente... cansada, aunque no tanto como mis pies doloridos. Como les dije en ese momento, para el desayuno me prepararía un café, en principio pensaba que sería un Saimaza Espresso Natural, pero las circunstancias hicieron que tuviera que contentarme con un Nescafé Cappuccino, que en realidad está más bueno que el espresso; con una bola de helado de turrón, todo coronado con una pequeña montaña de nata.

El capuchino... Cuando saqué el paquete de café molido de Saimaza y lo abrí, apestaba. Supongo que este tipo de cafés hay que consumirlos rápidamente y no tenerlos abiertos durante dos meses (incluso si los cierras con una pinza para tenerlos más protegidos). Aun así, puse dos cucharadas en la cafetera y me hice el café. No olía en absoluto a café recién hecho, como cuando lo abrí en julio para darle su indispensable café matutino a Christina, y antes de continuar agregando ingredientes, lo probé. No me gustó y lo volqué con decisión en el fregadero. Después lavé el filtro de la cafetera y saqué el bote de Nescafé. En esta foto se ve media taza de agua muy caliente con dos cucharadas de Nescafé Cappuccino.

A última hora decidí que podría venirle bien un poco de chocolate. Aquí se ven dos trocitos antes de meterlos en el microondas.

Hice una bola de helado de turrón y la puse sobre este plato limpio simplemente para la foto. Podría haber utilizado helado de dulce de leche o de frutas del bosque, que son los otros dos tipos que tengo. El de frutas del bosque es muy fresquito, pero que con las frutas y eso, no creo que hubiese combinado muy bien con el café. El helado de turrón sabe exactamente igual que el turrón blando, y es, al igual que este, también bastante empalagoso.

Añadí el chocolate fundido, removí y rellené la taza con leche caliente. A continuación introduje la bola de helado en el café.

Un poquito de nata montada para darle el toque final.

Todo dispuesto en la sala multifunción para entrar al ataque.

Me gustó la combinación. Creo que el turrón blando y el café van bien juntos... Ah, y antes de prepararme esto, me tomé un zumo de naranja, un kiwi y una pera. El desayuno no fue tan poco saludable como parece después de todo.

Wednesday 10 September 2008

Del fin del mundo y la seguridad de los hogares

Tras el anuncio del CERN de que comenzaría sus experimentos con el gran colisionador de hadrones hoy miércoles, algún paranoico ya vaticinó la llegada del fin del mundo, que se produciría por un agujero negro que lo absorbería todo. Solo había que esperar a las primeras colisiones en el acelerador. El asunto lo sacó a colación Tania en la comida del lunes y tuvo bastante éxito entre los comensales. Probablemente no habrá tenido nada que ver con el CERN, pero a la una de la madrugada he tenido la certeza de que el fin del mundo estaba cerca cuando empezaron a caer los pedruscos. El ruido era demencial, sobre todo en la cocina, donde parecía que un albañil estuviese picando las paredes, y en la sala, que daba la impresión de que se desmoronaría de un momento a otro. Por el ruido, juraría que caían piedras como puños, y esperaba que de un momento a otro se rompiese alguna ventana, sin embargo, cuando el valor me dejó levantar la persiana de la habitación un poco y mirar al exterior, y contaba con la iluminación adicional de los continuos relámpagos, las imágenes no se correspondían con el escandaloso estrépito. Traté de centrarme en la piscina, donde esperaba ver enormes salpicones resultado de la zambullida de inmensos granos, pero tampoco vi nada del otro mundo. Al cabo de diez minutos eternos, la situación se fue tranquilizando hasta que finalmente cesó... y seguimos vivos. A ver qué pasa ahora con los hadrones.

[Por la mañana: "La lluvia y el granizo caídos a lo largo de la noche en Madrid han obligado a los bomberos de la capital a realizar hasta las 07:00 de la mañana un total de 75 actuaciones para achicar agua en sótanos y en la vía pública, así como en viviendas altas por la filtración de agua.
Según han informado fuentes de Emergencias Madrid, entre las zonas más castigadas se encuentra el centro de la capital, en concreto Embajadores y Latina, así como el distrito de Arganzuela. También se han visto afectados tramos de la M-30, como el que va de San Pol de Mar a Legazpi. La tromba ha causado destrozos en el mobiliario urbano, en coches y árboles. Además, obligó a cortar la Línea 1 de Metro entre Sol y Atocha, y la L3 entre Sol y Embajadores, debido a la entrada de agua en las estaciones. 20 Minutos]

Friday 5 September 2008

Inundación

El jueves fui a la piscina a mi primera clase de natación de la temporada. Llegué un par de minutos antes del cierre de la taquilla, saqué la tarjeta, llamé la atención de una chica que se encontraba detrás de la ventanilla, algo alejada, hablando con alguno que estaría por allí sentado, y, cuando se me acercó, le dije que tenía domiciliación bancaria y quería que me apuntase el mes en el tarjeta. Me pidió que le diese la otra tarjeta. Le dije, "No tengo otra tarjeta". Me respondió, "Tienes que tenerla". "No, esta es la única que tengo", insistí. "A ver, ¿viniste a renovar la tarjeta para la temporada 2008/2009 en julio?" "No". "Vale, entonces no estás apuntado", y miró en el ordenador. "Lo siento, no quedan plazas". "Qué se le va a hacer. Gracias".

Pensé, No hay mal que por bien no venga. Hoy llegaré temprano a casa. Puedo ver las noticias y prepararme algo de cena y relajarme. A las nueve y cuarto estaba en casa. Me cambié de ropa y, como es costumbre, entré en el baño con la luz apagada. Normalmente la claridad de la sala es suficiente para estas visitas breves al baño. Crucé el umbral de la puerta, di un paso al interior y me resbalé. ¿Qué está pasando aquí?, pensé sorprendido. Me aferré al lavabo para no caerme. Miré al suelo, no se veía gran cosa, me acerqué a la puerta con cuidado, rodeé la jamba con mi brazo izquierdo y encendí la luz. El suelo estaba encharcado y por uno de los laterales de uno de los paneles del falso techo caían varias sucesiones de gotas.

Salí del piso para hablar con los del ático. Empujé la barra de la puerta de las escaleras, subí los dos tramos de peldaños, giré la manija de la puerta que conduce a los áticos y, al abrirla, sin poder dar un paso más, me encontré con un panorama desolador: caían chorros de agua de una compuerta del techo y los suelos estaban inundados y las paredes empapadas. Estaba claro que la culpa no era de los del ático después de todo, sino de las torres de refrigeración.

Esa noche, mientras tratábamos de solucionar el problema, entré por primera vez en una torre de refrigeración, vi el problema de primera mano, conocí a la presidenta de la comunidad, a la vecina del C, a la del ático A, principal perjudicada, con todo el suelo de parqué destrozado, un cuadro humedecido y arruinado, y las paredes, ya algo desconchadas después de las inundaciones de años precedentes (tres inundaciones en los cuatro años que ha vivido en él) y las respectivas reparaciones chapuceras, con una gran necesidad de una buena mano de pintura. Cuando volví a casa más de dos horas después, con ganas de pasar por el baño y sin tiempo para preparar la cena o para ver las noticias o relajarme, solo pude secar el suelo del baño, picar alguna cosa y conectarme un rato a internet antes de irme a dormir.

Y no puedo quejarme. Fue una noche más emocionante que la mayoría y conocí a algunas de mis vecinas. No hay mal que por bien no venga.

Tuesday 2 September 2008

El caballito ciego

Ayer hablé con mi hermana mayor y me enteré de que Lex, de cinco meses de edad el 6 de septiembre, hijo de Morita, una yegua de mi hermana mediana, y Hélix, un Pura Raza Español (PRE) perteneciente a la parada de sementales de Ávila del Ejército de Tierra, que se conocieron e intimaron por medio de un bote y una pajita, palabras textuales de la dueña, con la intermediación de un inseminador oficial del ejército; de repente empezó a irse contra las paredes y los alambres de la finca, así rezaba la versión de mi tío allí presente en el momento en que sucedieron los hechos. Al parecer se había quedado ciego, no se sabía por qué razón, y yo, mientras escuchaba a mi hermana mayor a través del terminal, me lo imaginaba al pobre corriendo como un loco, vulnerable, golpeándose con todos los obstáculos que se topaba a su paso y no podía ver, alterado por la súbita nueva realidad, quién sabe si permanente, pero nada prometedora, que se presentaba ante él. Luego pensándolo con un poco de frialdad me preguntaba cómo el potro podía saber que su situación no era la que debía esperar, fruto del desarrollo que lo llevaría a convertirse en un caballo adulto. ¿Acaso tenía medios para saber que su madre veía las cosas del mismo modo que lo hacía él? ¿No podía haber desarrollado una aptitudes especiales que le permitiesen no tropezar con nada ni irse contra elementos voluminosos que la pudieran herir a pesar de la ceguera constitutiva de cualquier caballo de más de cinco meses?

Al hablar con mi hermana mediana esta tarde para felicitarle el cumpleaños, me enteré de que en realidad el caballo sólo se puso nervioso cuando lo trató de amarrar para que lo inspeccionase el veterinario. Ahí fue cuando se golpeó contra todo lo que se interpuso en su camino y no veía. Antes había aceptado con estoicismo su dolencia y no mostraba signos de estar afectado, siendo el único visible el aciago blanco de sus ojos. El veterinario le diagnosticó conjuntivitis, ante el escepticismo y la desesperanza de mi hermana que decía que no podía ser porque no le lloraban los ojos, y le recetó una pomada. Me contó finalmente apenada que si no se recuperaba de los dos ojos, su destino no podía ser otro que el matadero, ¡quién lo iba a querer aunque solo fuera ciego de un ojo!

[Retomando la entrada el día 6 de septiembre, en el quinto "cumplemeses" de Lex, aprovechando que mi hermana me ha devuelto la llamada que le hice hace dos días, "me llaman la rápida", dice a lo Guillermo (de la Escuela), puedo informar que el potro ha recuperado totalmente la visión de uno de los ojos y, en el otro, la opacidad blanca se va haciendo cada vez más transparente, lo que le augura de nuevo al potro un futuro que parecía se le iba a negar. Excelente]

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Acabo de ver un reportaje de Informe Semanal de hace veinte años sobre Fernando Pessoa en el Canal 24H de TVE. En su día se conmemoraba el centenario del nacimiento de poeta, el 13 de junio de 1888 en Lisboa. El documental terminó con estos versos:

Quien lee deja de vivir
Dejad de vivir, y leed
¿Qué es la vida?