Saturday 11 October 2008

Honestly

Ayer vi a Jaime Bayly en las Noches blancas de Sánchez Dragó en La Otra. El escritor iba disfrazado. No me acuerdo muy bien de su atuendo porque no me fijo en esas cosas, pero recuerdo que iba demasiado abrigado y bien embutido en un gorro, un gorro de los que me gustan a mí, pero que yo preferiría blanco. De haber llevado una pipa, lo habría confundido con Sherlock Holmes; pensé en ello: este tío excéntrico me recuerda a alguien. Exhibía una pose inusualmente suelta, con una pierna apoyada con ostentación sobre la otra, sobresaliendo su rodilla por encima de la mesa, una pose de "soy la leche, mírame y ríndete ante mí". Quería hacerse pasar por un intelectual, aunque quedaba bastante claro que no lo era. Como comunicador me pareció horrible, no tenía la más mínima gracia y no daba gusto oírlo; sí lo daba oír a Sánchez Dragó, que contaba las historias de la novela mucho mejor que su propio autor, a pesar de que este era el protagonista de esas vivencias. Me pareció superfluo y muy creído: casi al final de la entrevista le dijo a Sánchez Dragó: nos quedaríamos aquí dos horas más por lo que nos gusta hablarnos... u oírnos. ¡¡Por favor!! No escribe mal (o no escribía mal cuando lo leía), y Sánchez Dragó alabó vehementemente El canalla sentimental, su última novela; pero como contador de historias es un negado, no tiene la gracia natural de Miguel P. ni de lejos, ya le gustaría a él. Además, me pareció muy sospechoso que se contradijese algunas veces o se olvidase de supuestos detalles de su vida que contaba en la novela. Si realmente ha vivido todas esas anécdotas, ¿cómo puede olvidarse de que en una determinada historia aparecían dos mujeres y no tres?, ¿o por qué habla de su novio y dice que prefiere verlo como amigo íntimo, que el sexo ya no le interesa, si más adelante en la charla, cuando Sánchez Dragó le pregunta si la ruptura final de la novela es cierta, él dice que sí, de manera que su novio ya no es su novio sino su ex novio?, ¿o cómo es que deja de llamar Blanca a una mujer a la que se ha referido todo el tiempo como Blanca, una argentina de la que está colado y con la que montó en bicicleta por el Retiro esa misma tarde, y la llama María de repente? Después viene con la historia absurda de que se llama Blanca María, ¿no es maravilloso? Honestly!! Si yo me dedicase a caricaturizar a todas las personas que conozco, a utilizar la hipérbole para contar todas las insulsas historietas de mi vida, también esta sería interesante; lo sería la de todo el mundo. Y probablemente todos nos olvidaríamos de si aparecían dos o tres personas, o de si Blanca se llamaba Blanca o María. Vamos, que no me creo una sola palabra.

3 comments:

NX said...

Pero... por favor.... deja de ver a Sánchez Dragó!!!

Jose said...

¡A mí me gusta! :)

NX said...

Nooo!! Nooo!! Caca!!! Así luego no sabes si eres progre o del PP por cuestiones de decoración navideña...