Wednesday 8 October 2008

La piedra que desecharon los arquitectos


Salí de la parroquia de San Manuel y San Benito en Alcalá 83, crucé la calle Lagasca, bajé los escalones del metro (Retiro), torcí a la derecha en la encrucijada de túneles y, después de introducir el billete en el torno y coger hacia la izquierda, en el pasillo que conduce al andén con dirección Cuatro Caminos, sobrepasé a dos señoras que hablaban del concierto. Aminorando el paso ahora, giré disimuladamente la cabeza hacia un lado para mejorar mi audición y escuché lo siguiente: "¡Qué bien canta la gente joven!, ¡tienen unas voces!", "Se nota que tienen una preparación", "¡Y se les ve tan jovencitos!", "Bueno, yo me voy para allá [el final del andén], que me bajo en Cuatro Caminos".

La última frase, aunque parece desentonar, es en realidad relevante por indicar que ahí terminó la conversación una vez alcanzamos todos el andén. Yo primero, claro. Como una flecha las adelanté (como ya he comentado) a mitad del pasillo que cruza las vías de la línea dos, si bien en ese preciso momento, arrasado por un repentino afán de cotilleo, me entró una oportuna cojera y comencé a arrastrar los pies con lentitud, con la cabeza ligeramente ladeada y la mano extendida tras la oreja izquierda —espero que con gran disimulo— para ayudar a conducir las ondas sonoras extraviadas, a las que se veía en camino de enredarse con mi pelo, las muy tontas, por su orificio pertinente. Confirmado el fin de la conversación por la frase que parecía, sin serlo, irrelevante, con la información fresca en la cabeza, abrí la mochila, palpé el fondo en busca del portaminas, que saqué junto con un folleto doblado por la mitad del Satellite U400-11Z que cogí hace unas semanas en El Corte Inglés de Goya y mantuve todo arrugado en la mochila durante este tiempo, y escribí "Qué" en el folleto. Miré espantado el "Qué" en el folleto y desistí inmediatamente de mi actividad ante la dificultad de distinguir el tenue trazo que imprimía el portaminas sobre el papel brillante. Traté de pensar entonces en qué otro papel podría utilizar aparte de los muy tentadores artículos sobre MQWs de Tania que me llevé para mirar en el metro, y, ya al borde de la desesperación, a punto de decirme, Lo siento, Tania, pero le va a tocar a uno, y empezar con la cantinela del eenie meenie minie moe, recordé que dentro de la agenda había un folio plegado con dudas (sobre temas que no vienen al caso). Lo saqué sin esperar un segundo más y como un poseso escribí ¡Qué bien canta la gente joven!... y me quedé aliviado. No me fío de mi memoria cuando se trata de reproducir las palabras de alguien. Luego sufro tratando de recordar.

El concierto era del Coro Xenakis y fue organizado por la junta municipal del distrito de Salamanca (Pijolandia) como parte de las actividades de la Semana de la Arquitectura. De los cuatro actos en que se dividía, el que más me gustó en su conjunto fue el segundo y mis canciones favoritas de todo el concierto fueron Veni Sponsa Christi y Aita gurea, con las que conseguí por un momento encontrar la paz, con la mirada perdida en los mosaicos de la cúpula y las bóvedas del templo neobizantino. Las canciones más modernas, a pesar de lograr producir efectos sonoros interesantes, terminaban aburriendo. Téngase en cuenta que cuando con más fuerza aplaudió la gente fue después del segundo acto y del Aita gurea, sin contar los cuatro despistados que aplaudieron después del Benedictus, y, sin ánimo de ofender, después del tercer acto se levantó más de una persona de sus asientos, me imagino que con intención de largarse, para alegría de los muchos que estaban de pie abarrotando la iglesia y que por fin pudieron ocupar su asiento. Las poesías, por otro lado, con el denominador común de su ininteligibilidad en ocasiones debido a la mala acústica de la iglesia, al menos desde donde yo me encontraba, estuvieron bien (no me mojo más), y Víctor, glorioso Víctor, el primo de Natalia, me pareció el mejor recitador (¿sublime es la palabra?), con una fuerza y una pasión que por momentos resultaba "escalofriante" (por decirlo de alguna manera).

El ver a unos cuantos arquitectos, o no arquitectos, en un coro de la Escuela de Arquitectura en todo caso, en una iglesia —la susodicha—, me ha dado la excusa perfecta, ¡sí sí sí!, para plasmar aquí los versículos: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular / Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente" (Salmos 118:22,23), que se proclamaron, así dijo el cura este domingo, Proclamación del Santo Evangelio según San Mateo, en la lectura del, lo dicho, Santo Evangelio según San Mateo de este domingo. Como no me gustó la versión del portal de la Archidiócesis de Madrid, pongo el texto del portal de la Diócesis de East Anglia (mi segunda opción):
Jesus said to the chief priests and the elders of the people, "Listen to another parable. There was a man, a landowner, who planted a vineyard; he fenced it round, dug a winepress in it and built a tower; then he leased it to tenants and went abroad. When vintage time drew near he sent his servants to the tenants to collect his produce. But the tenants seized his servants, thrashed one, killed another and stoned a third. Next he sent some more servants, this time a larger number, and they dealt with them in the same way. Finally he sent his son to them. 'They will respect my son,' he said. But when the tenants saw the son, they said to each other, 'This is the heir. Come on, let us kill him and take over his inheritance.' So they seized him and threw him out of the vineyard and killed him. Now when the owner of the vineyard comes, what will he do to those tenants?" They answered, "He will bring those wretches to a wretched end and lease the vineyard to other tenants who will deliver the produce to him when the season arrives." Jesus said to them, "Have you never read in the scriptures: "It was the stone rejected by the builders that became the keystone. This was the Lord's doing and it is wonderful to see? I tell you, then, that the kingdom of God will be taken from you and given to a people who will produce its fruit."
(Matthew 21:33-44, 27th Sunday of the Year A)

Polite notice:) This reading was kindly brought to me (and now to you) by the Roman Catholic Diocese of East Anglia, a la que pertenece la OLEM church de Cambridge, Inglaterra, mi antigua iglesia, no se confunda con Cambridge, Massachusetts, nuevo hogar de Jinyong; and the Vienna International Religious Centre.

4 comments:

NX said...

VINISTE???!!!! Por qué no te quedaste después???!!! Por lo menos a saludar!!! Ay, Jose, haces unas cosas....

Besitos y gracias por venir.

Jose said...

Parece mentira que no me hayas visto. Estuvimos en alguna ocasión a no más de tres metros.

No me quedé cuando terminó el concierto porque no sabía si saldríais por la puerta principal o por alguna otra puerta que hubiese en la sacristía.

Tania said...

Mis artículos de MQW sobrevivieron!jejeje

NX said...

No te vi porque cuando canto la mitad de las veces no veo lo que hay donde estoy mirando... ¿tú crees que si me enterara de que me está mirando una iglesia entera al mismo tiempo no saldría corriendo?

Siempre salimos por donde está el público porque somos muy majos y salimos a saludar. Tb porque no somos nadie y no nos abren una puerta para nosotros. Tendrías que haberme visto después del concierto de V Aniversario, salir de la iglesia cargando con un cubo y siete bolsas... qué manera de perder el glamour...